jueves, 2 de agosto de 2012

Cuba: Luis Sexto y la propaganda capitalista en el Juventud Rebelde


Entre el obscurantismo económico y el oportunismo ideológico el periodismo político da la batalla por el capitalismo en Cuba
Los medios oficialistas cubanos, todos bajo el dominio ideológico del PCC, no hacen periodismo, su tarea es reforzar el pensamiento único que desde las tribunas se le impone al pueblo cubano, sin derecho a réplica alguna. Así creen construir, Partido, periodistas y burócratas estatales el sentido de pertenencia a un proyecto de reformas excluyente por su naturaleza socio liberal. Se cuidan del periodismo independiente de izquierda, ese que alberga el compromiso del pensamiento crítico con
el socialismo. Lo censuran y estigmatizan al resguardo del poder que les da ser funcionales incondicionales al poder. Tienen que cuidarse del criterio revolucionario si quisieren continuar con el monopolio de la verdad tergiversada, con el opio ideológico que ahora determinan como necesario para que en el lugar del marabú crezca hoy en el territorio nacional la mala yerba del librecambismo capitalista.
El trabajo produce básicamente para vender” – es la afirmación que lanza desde el diario nada menos que de la Juventud Comunista (el JR) el periodista orgánico Luis Sexto (“La hora de los más aptos”)[1]. Luego, moviéndose en sus “ideas” sobre eficiencia, eficacia y efectividad con ayuda de un cantinfleo novelezco, se pregunta ¿podremos recobrar la vista larga; podremos aprender a trabajar con sentido económico?. El periodista no duda al responderse: “Para lograrlo, habrá, por tanto, que usar las manos y la cabeza para trabajar. Pero tendremos necesariamente que hallar la eficiencia, la eficacia y la efectividad en la conjugación irremplazable del yo y del nosotros, del Estado y del individuoEn ese dueto, según juzgo, se concierta la posibilidad de mejoramiento del socialismo. Al menos del socialismo que necesitamos legitimar ahora como fórmula de progreso y bienestar”. Cierro el compendio de citas innombrables (subrayados míos).
Vamos a ver, el periodista le tira el cubo de agua sucia en la cara al lector cubano, como suponiendo que se lo merece. El trabajo, ahora en Cuba con la reforma socioliberal del PCC, ha de asumirse básicamente como la razón de aquello contra lo que se ha defendido durante 50 años en nombre de la idea del socialismo: como el factor de la economía de mercado; “se produce básicamente para vender”, nos explica el oportunismo ideológico del periodista, y en ello el obscurantismo económico del escribano ve el concepto de efectividad del trabajo.   
Lo burdo de la propaganda ideológica liberal burguesa del periodismo orgánico al pensamiento único del PCC se vende con desparpajo a sabiendas de que el lector cubano residente, el «hombre» educado de pueblo, no leerá el criterio revolucionario que se le oponga. ¿Cuánto hubieran dado Machado y Batista - apunta con agudeza política el articulista Francotirador del Cauto -  por gobernar sin oposición política alguna?, la perseguían con saña y la aniquilaban, a contrapelo de aquella a la sazón democrática Constitución de 1940, tal como se censura ahora la otredad revolucionaria del pensamiento político a contrapelo de la Constitución “socialista” que, promulgada sólo después de 17 años de la toma del poder del estado por el movimiento popular nacionalista encabezado por Fidel Castro, en 1976 vino a sustituir a aquella burguesa.
¿Qué importa aquí, en el zafarrancho mercantilista que se avecina, según los LPES del PCC, debatir sobre el valor de cambio y el valor de uso de la mercancía?, ¿a qué viene el trasnochado socialista ahora con esa “muela barata”?, ¿que la economía socialista, economía social por excelencia, habría de centrarse en el valor de uso, en oposición al valor de cambio que rige la economía capitalista, economía de mercado por excelencia, toda esa maldita  utopía marxiana a esta hora de la historia? No, sépanlo bien los cubanos, “el trabajo produce básicamente para vender”, no para satisfacer en primer orden las necesidades de reproducción del ser social. Quien siga en Cuba con la monserga de «relaciones de producción e intercambio socialistas» sentirá todo el peso del periodismo cubano y de la polícia política del estado de la burocracia sobre sus cabezas.
¿En qué consiste el mensaje sibilino del PCC sobre la “actualización del modelo económico cubano”?. En que el proceso de cambios se introduce sin definiciones ideológicas debatidas sobre la naturaleza política del modelo socioeconómico que se busca con la transformación. Ello permite la práctica de la política de hechos consumados que tiene lugar. No hay debate democrático, no hay definiciones, se impone la idea del cambio auspiciada por el PCC, no hay alternativa con voz propia. Estamos definiendo a puertas cerradas los fundamentos teóricos que van a justificar las decisiones que hemos tomado, le dice desde la tribuna al pueblo Raúl Castro. ¿Se puede esperar de un Luis Sexto el decoro periodístico para alzar la voz desde el JR y cuestionar al Presidente con la sencillez del pensamiento crítico, y decirle, un momento, cómo es que nos permitimos poner la carreta delante de los bueyes?
Estado (e) individuo. En ese dueto, según juzgo, se concierta la posibilidad de mejoramiento del socialismo” – se apura en respondernos como para que no perdamos el tiempo con la polémica, el periodista a sueldo del Estado. Por si quedaran dudas, nos reafirma que  “Al menos del socialismo que necesitamos legitimar ahora como fórmula de progreso y bienestar” (subrayados míos). La posibilidad de mejoramiento del socialismo no se ve en el concierto «sociedad-individuo». No. En el par que antes nos planta, al “yo” del individuo se le hace corresponder el estado como el “nosotros”. ¿No es ideal para el Estado de la Burocracia emplear a estos periodistas en sus órganos oficiales? Aunque haya que tenerlos a resguardo del pensamiento crítico de la juventud cubana (no confundir con UJC[2])  que aflora en portales como Havana Times, soltándole detrás a agentes como Alvarado Godoy (toda una antítesis contrarrevolucionaria del ex agente, intelectual y periodista David Orrio), échandolos a todos en el mismo saco que a la derecha oposicionista del Proyecto Estado de SATS, por ejemplo.  ¿No está en ese río revuelto la ventaja para el pensamiento único del PCC, para la planadora de la reforma socio-liberal que han conseguido imponerle a la sociedad cubana?
Ahora se necesita legitimar, corriendo, corriendo, el socialismo como la fórmula de progreso y bienestar que nos traerá el “trabajo para vender” y el “dueto estado-individuo”.
En el mundo capitalista se abren paso en contra de la economía de mercado múltiples formas del “trabajo para satisfacer necesidades” socio-materiales, donde el “vender” se desligitma como categoría económica. Vamos a invitar al periodista Luis Sexto a un acto de exorcismo: periodismo investigativo. Los lectores de JR le estarían agradecidos por un reportaje, o una serie ellos sobre esas formas deeconomía social que vienen negando las relaciones sociales de producción capitalistas, que van naciendo dentro del “monstruo” quemándole las entrañas, como nos advierten Martí y Marx. Reportar “...sin fraseologías ineptas...”, porque justo “...son los más confiables aunque digan no cuando crean que deben decir no”, aquellos periodistas convencidos que bien vale la pena perder el trabajo de vender noticias en el JR o el Granma [3], cuando del futuro de la sociedad cubana se trata.
RCA

[2] Unión de Jóvenes Comunistas de Cuba
[3] No le afectaría ello el espacio que como colaborador permanente ocupa en la revista socioliberal Progreso-semanal.com auspiciada desde en Miami.

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