Presidente de Ecuador, Rafael Correa, y su par boliviano, Evo Morales. Foto: Presidencia de Ecuador.
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, agradeció este jueves a los mandatarios de Bolivia y Perú
por su “inmensa” solidaridad con el pueblo ecuatoriano, tras el envío
de ayuda humanitaria a las víctimas del terremoto que azotó el pasado
día 16 la costa norte de la nación sudamericana.
En una declaración, el mandatario agradeció a su homólogo boliviano Evo Morales y Ollanta Humala
de Perú, quien la víspera trajeron ayuda a los miles de afectados por
el terremoto de 7.8 grados Richter, su solidaridad y el apoyo ofrecido a
Ecuador en estos duros momentos.
Rafael Correa y Evo Morales recorren las zonas afectadas por el terremoto. Foto: Expreso.
“En nombre de mi pueblo muchísimas gracias, por su inmensa
solidaridad”, expresó Correa en su declaración emitida por la oficina de
la Presidencia los primeros minutos de este jueves, luego de las
visitas de los presidentes de Bolivia y Perú a las zonas más afectadas.
El jefe de Estado ecuatoriano manifestó que el país superará estas
“duras pruebas” que le ha impuesto la naturaleza y aseguró que con la
voluntad de todos los ecuatorianos y el apoyo de otras naciones, como
los vecinos Bolivia y Perú, Ecuador saldrá adelante.
La declaración oficial destacó que después de realizar un recorrido
por la parroquia Tarqui, zona más afectada en la ciudad de Manta por el
terremoto, Correa y Morales, ofrecieron declaraciones a la prensa en la
que refrendaron su lazos de amistad y solidaridad.
Presidente de Perú, Ollanta Humalla, entrega ayuda humanitaria al presidente Correa. Foto: Expreso.
“Parece que la pachamama (madre tierra) está poniendo a prueba a la
nación ecuatoriana, de qué fibra estamos hechos. Pero como decía el gran
(Simón) Bolívar: Si la naturaleza se opone a nuestros designios,
lucharemos contra ella y la venceremos”, indicó Correa.
Es la voluntad del ser humano, de nuestros pueblos, que nos sacará
adelante”, agregó, tras admitir que las consecuencias del terremoto
pudieron haber sido aún peores.