(Para Saúl Landau, con admiración y cariño)
No es cierto, Saúl, no lo repitas. Ya sé, otros también lo dicen, pero no es cierto. Hay dolor en la voz de Carmen cuando me responde el teléfono, pero no puede ser cierto.
Me dirás que sí, que viejos amigos te han llamado y que otros han llegado desde lejos para verte, que tu propio cuerpo te lo dice a gritos, que han comenzado ya los homenajes... No importa, yo sé que no es cierto. Como va a ser cierto, con tanta gente que te admira y te quiere? Adriana, cada vez que hablamos, me pide que vuelva a llamarte. (Y si eso no te dice mucho, es porque no sabes que ella defiende "como gata boca arriba" cada uno de nuestros minutos de teléfono).