domingo, 13 de abril de 2014

Aires de cambios en España, tras victoria de Atlético de Madrid

La victoria del Atlético de Madrid contra el poderoso y millonario Barcelona (1-0), y su pase a la semifinal en la Liga de Campeones de la UEFA, son consideradas señales de que algo nuevo está sucediendo en España, y ojalá sea para bien de los ciudadanos de ese país europeo, abrumados en su mayoría por la crisis económica, el desempleo, los recortes sociales y la corruptela de su actual régimen.
El club Atlético, históricamente favorito de hinchas obreros y de izquierdas, no conseguía un triunfo similar desde 1974, cuando entonces agonizaba en esa nación ibérica la dictadura franquista, precursora del hoy gobierno del derechista Partido Popular (PP), que encabeza el presidente Mariano Rajoy.

En España todo se asocia al futbol, incluida la política, por la enorme pasión de sus habitantes por el más universal de los deportes, y no son pocos los que ven el éxito de la oncena más austera madrileña como un augurio de aires de cambios en esa sociedad del llamado Viejo Continente.
Un exportero del Atlético conocido como el Mono Burgos, ahora segundo entrenador tras el Cholo Simeone, repetía que su e quipo era como la clase trabajadora, siempre perdía, pero el día que ganaba, eso era una Revolución.
La frase del Mono Burgos es ahora un aliento para los millones de desempleados, desahuciados, ancianos con pensiones recortadas y sin derecho a la salud pública, y los jóvenes españoles sin futuro, merced el neoliberalismo impuesto por el ejecutivo ultraconservador de Rajoy.
Todos ellos han hecho temblar las arterias de Madrid y de casi todas las ciudades, reivindicando con multitudinarias manifestaciones de protestas sus derechos, sin temor alguno a las brutales represiones policiales de que han sido víctimas, ordenadas por los herederos del franquismo, y silenciadas por emporios mediáticos como el grupo editorial Prisa y su diario insignia El País, entre otros.
Quizás el triunfo del Atlético sea un símbolo de que para España en lo adelante se abrirán nuevos derroteros, y pueda ponerse fin a la llamada y prolongada “transición hacia la democracia”, que no ha sido ni una cosa ni la otra.
La verdadera transformación en la nación ibérica está todavía por llegar y la tienen que hacer los hinchas trabajadores, no el bipartidismo mediocre que ha imperado hasta ahora luego del fin de franquismo.

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