La Habana, 16 jul (PL) ¿Puede suceder que la economía cubana crezca menos de lo previsto y sin embargo se considere positivo su desempeño? A simple vista pareciera una contradicción antagónica e insoluble, pero un análisis más a fondo de sus indicadores explica el buen cometido, no exento de dificultades.
La economía cubana marcha bien. La frase es del ministro de ese sector, Adel Yzquierdo, quien dio una explicación al asunto en el primer período de sesiones de la VIII Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, donde la mayoría de los diputados se estrenaron en sus curules.
La economía creció 2,3 por ciento, en medio de tensiones externas, insuficiencias internas y el impacto del huracán Sandy, que afectó a 11 de las 15 provincias y dejó perdidas materiales por alrededor de siete mil millones de dólares.
Los daños fueron particularmente duros para las orientales provincias de Holguín y Santiago de Cuba. La agricultura, la zafra azucarera y en particular las viviendas resultaron las más afectadas.
Otras de las causas de la desaceleración en el crecimiento estimado tienen que ver con los vaivenes de la situación económica mundial, los problemas financieros nacionales y las dificultades en la obtención de finanzas externas.
Ello condiciona que para final de año la economía crezca entre 2,5 a tres por ciento, por debajo del 3,6 planificado.
Sin embargo, hay otros indicadores que apuntan al optimismo. La balanza comercial es favorable y lo seguirá siendo durante el 2013, a partir del crecimiento sostenido de las exportaciones y el empeño en disminuir y sustituir importaciones.
A ello se une el hecho de que Cuba va recuperando su credibilidad internacional por los resultados positivos en el pago de las deudas contraídas. El ministro precisó que el presidente Raúl Castro ha sido enfático en que el país tiene que honrar sus compromisos.
Cerca de dos mil millones de dólares se gastaron en la canasta alimenticia. Al respecto se reportaron ahorros por concepto de conseguir mejores precios y nuevos proveedores.
Pero, al propio tiempo, incumplimientos en la contratación y el acopio de renglones que se producen internamente obligaron a comprarlos en el exterior, por encima del plan.
En la esfera energética, Yzquierdo consideró positivo lo alcanzado en la producción de petróleo y de gas equivalente: unos cuatro millones de toneladas (cerca de la mitad de las necesidades nacionales).
Crece el transporte, aunque persisten el bajo coeficiente de disposición técnica de los vehículos, la escasa rotación de las casillas del ferrocarril y el mal estado del parque, todo lo cual incide en la ineficiencia de ese vital sector.
Otra paradoja ocurrió en las inversiones. Aumentaron en el 16 por ciento, pero a final de año registrará incumplimiento por mala preparación, baja productividad, dificultades con los proyectos e incorrecta planificación.
Será un renglón en el que las autoridades pondrán todo su celo, advirtió el funcionario, quien adelantó que no serán aprobadas inversiones mal planificadas.
2014, UN AÑO DE DEFINICIONES
El próximo año será de transformaciones en la economía cubana, donde la empresa socialista seguirá siendo la fórmula fundamental, aunque crezcan otros sectores como el trabajo por cuenta propia y las cooperativas.
Sin embargo, la empresa estatal cubana no ha funcionado como debería, por lo que el plan directivo de la economía para el 2014 introduce novedades que apuntan a liberar la gestión empresarial y al desarrollo de las fuerzas productivas.
Marino Murillo, jefe de la Comisión de Implementación de los Lineamientos aprobados por el Partido Comunista de Cuba en su Sexto Congreso (2011), dijo ante el Parlamento que están creadas las condiciones organizativas para comenzar el año entrante los experimentos empresariales de la actualización del modelo socio-económico.
El plan para el año que viene tiene que ser diferente. Le empezamos a quitar todas las trabas al sistema empresarial para que desate sus potencialidades, aseguró.
Las empresas ya no tendrán que aportar los fondos de amortización al Estado como ocurría hasta ahora, y dispondrán del 50 por ciento de las utilidades después del pago de impuestos.
Le damos facultades a las empresas para que se recapitalicen y realicen sus inversiones, insistió el también vicepresidente del Consejo de Ministros.
El plan define el objeto social fundamental de la empresa, pero también le otorga la libertad de desarrollar otras actividades que tributen a su eficiencia.
Una nueva directiva eliminará barreras administrativas al pago de los salarios. Murillo afirmó que la empresa tendrá la facultad de operar sus propios mecanismos de estimulación salarial, aunque el Estado se mantendrá vigilante "ante el derroche de los recursos".
No podrá seguir ocurriendo que operen en la economía cubana empresas con hasta nueve años de trabajo en pérdidas. ¿Cómo lo hacían? Debiéndole a las mil vírgenes. El Estado ni las cerraba, ni las recapitalizaba, explicó el funcionario.
Al respecto se propone la extinción, fusión, redimensionamiento o transformación en otra forma de gestión de aquellas empresas que trabajen con pérdidas por más de dos años.
Se busca así mejorar la eficiencia empresarial y enfrentar la cadena de impagos que hoy lastra la economía nacional.
Otra de las novedades es que las empresas podrán vender los inventarios ociosos y de lento movimiento. La cantidad de inventarios que tenemos no tienen nada que ver con el Producto Interno Bruto del país, indicó Murillo.
Durante la referida sesión de la Asamblea Nacional tuvo lugar la liquidación del presupuesto del año 2012, que también evidenció avances en esa importante actividad, con resultado superavitario.
El sobrecumplimiento de los ingresos recaudados posibilitó que los ingresos netos superaran en dos mil 338 millones de pesos por encima de lo aprobado.
Son señales e indicadores que hablan de una tendencia positiva de la economía de un país sometido al bloqueo económico, comercial y financiero más largo de la historia.
Esta condición de plaza sitiada hace más difícil el desempeño de un país que se ha hecho el propósito de seguir construyendo el socialismo, hacerlo próspero para sus ciudadanos y sustentable como sistema, con la convicción de que el mejor camino para ello es hacer las cosas bien.
*Editor jefe de la redacción Nacional de Prensa Latina.
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