martes, 17 de septiembre de 2013

Dr. Rodrigo Álvarez Cambra: Perfil humano de un científico revolucionario


Doctor Rodrígo Álvarez Cambras
Cuando en el XXIV Congreso Internacional de Ortopedia y Traumatología, su presidente Dr. Rodrigo Alvarez Cambras, invite a los especialistas a exponer sus experiencias, se escuchará en diferentes lenguas el impacto relevante que ha tenido en más de 40 países la aplicación de los fijadores externos- fruto de su ingenio – y de los que se han favorecidos unos 125 mil pacientes; y los efectos beneficiosos de la artroscopia y de la artroplastia total en miembros superiores, de la cirugía reconstructiva y el progreso de las células madres que se multiplican en el impulso científico de más de 300 delegados presentes y los resultados de la ortopedia cubana una vez más sean reconocidos a nivel mundial, pocos pensarán en el hombre culto, en el pintor, en el poeta, que se empeña en reproducir como las células madres sus fuerzas creativas.

Los días transcurrirán y se apagarán las luces de la clausura en espera de un próximo encuentro. Entonces el profe regresará a su hospital con nuevos bríos por la realización de muchos sueños y los días se sucederán con la entrega sacerdotal ante el dolor ajeno y los retos de su responsabilidad, con la certidumbre de que cumple con su deber, sin esperar elogios.
Naturalidad y grandeza que posee un hombre bueno y sencillo que cultiva “rosas blancas en junio como en enero”, y que una mañana por la rendija de su vida escudriñé como se desgrana su cotidianidad y en parte de la institución que dirige, que intento con la pobreza de mis palabras convertir en crónica y quiero compartir con ustedes.

Un 15 de mayo del 2013, mes de la primavera, pudo haber sido un día cualquiera porque todos para él son iguales, secos, lluviosos, invernales o de verano, llegué a la oficina del Dr. Rodrigo Álvarez Cambras por asuntos familiares, presa también de la angustia; pero su cálida acogida disipó mi incertidumbre y temores. Locuaz, trasmite paz y confianza. En un salón grande se amontonaba la gente con ansiedad y con fe. Grisel Conyedo, Secretaria de Consulta, se las arreglaba para atender amablemente a todos, pero es frecuente se encuentre en dilemas como este: “Mire compañera soy de Santiago de Cuba he venido en tren directo para acá porque no tengo familia en La Habana y quiero hablar con el Dr. Álvarez Cambras”. ¿Qué Ud. desea? pregunta Grisel. “Me caí de mis propios pies, mi brazo no sube ni baja. Yo sé que él es el único que puede arreglármelo.” ¿Usted trae una remisión? ¿Se ha tratado aquí? “No yo sólo quiero verlo a él. Yo hice una promesa a la Caridad del Cobre y sé que ella me concederá que él me atienda. Además, mi madrina tiene hecho cuatro santos y ella me aseguró que él me curaría porque él está bendecido por ella porque le ha curado a muchos de sus ahijados. Yo puedo esperarlo todo el tiempo, con esta colcha puedo en cualquier rinconcito acomodarme y dormir aquí”. Aunque graves problemas materiales enfrentan los hospitales y hay reclamos legítimos de la población, sin embargo el ciudadano siente como un derecho natural el ser atendido por el especialista de más alto nivel y exige ese derecho, no un favor. ¿Quién podría negárselo? A lo sumo convencerlo de ser atendido por otro médico.
En la psicología del paciente se fusiona la fe y la confianza científica en el médico, cuán importante es su labor más allá de la curación, para la salud psíquica de él y su familia el tener la seguridad de la atención médica. Respirando profundo me dice Grisel, puedes tener la certeza de que él la atenderá. El “Profe” como le dicen con respeto y cariño, estaba en la víspera de un viaje a Ecuador invitado por el presidente Correa, su paciente. Una mesa redonda con seis sillas precedía a un buró de madera, grande, que evidentemente quien lo usa es Nidia Hernández , quien lleva con él 11 años como secretaria, pero que tampoco se sienta porque todo el tiempo estuvo de pie de un lado a otro. Delma Ramírez, su secretaria de la vida, está en otra pequeña oficina siendo la memoria viva de la institución. Es una mujer adulta, con aires aristocráticos, finos y muy educados, dulces y eficientes. El teléfono no deja de sonar y siempre hay alguien esperando por su atención. En Admisión hay una lista quirúrgica, puede llamar al 2720979. Responde. El chofer de la ambulancia espera frente a su buró: estoy apurado comenta, ella mira la remisión. Es el tercer caso de fractura, en el día, remitido por el hospital ortopédico Fructuoso Rodríguez.
Entra un hombre viejo, que saca las placas de un saco y llenas de polvo las pone encima de su buró, sin soltar el bastón como prenda preciada, deme las recetas de las medicinas. La explicación paciente dura unos largos minutos para que él acepte que aunque ella sabe escribir no puede darle las recetas y tiene que ir a su médico. Suena el teléfono una vez más. Lo sentimos pero el equipo está roto y se le dio baja. Es muy sofisticado y la explotación ha sido por encima de la norma, por supuesto que queremos comprar otro densitómetro, pero es muy caro. Alguien con cara de amargura, por el calor, la preocupación o el derecho llegando a la arrogancia de ser atendido rápidamente reclama que el Dr. Fermín no estaba en esa sala. Lo localiza y envía al lugar correcto al hombre que habla de peloteo, pero ni siquiera por asomo se ha preguntado cuánto cuesta el servicio del que será beneficiario. Delma no pierde la compostura y ni siquiera frunce el ceño, está acostumbrada, esa es la escuela del profe, ser incluso psicólogos y servir misioneramente al prójimo.
Dos sillas giratorias le permiten al Profe sentarse de espalda al buró e ir despachando con uno y otro doctor que vienen a consultarle los casos complicados. Pero también viene el administrador a decirle que en la sala x hay problemas de x tipo y la de la farmacia que x medicamentos no han llegado y la secretaria lo interrumpe porque del Ministerio de Salud están pidiendo para ese día su curriculum actualizado y en inglés y otra llamada -que descifro a pedazos- hace falta un transporte para ir al aeropuerto y no hay disponible, los aviones llevan más peso, hay cargas que quedan abajo. A qué hora sale el vuelo? Yo resuelvo, envío la guagüita. Una muchachita delgada, tímida, con bata blanca está cerca. Hay que darle más casos a la técnica de fisioterapia le ordena a uno de los presentes. Y otra llamada, por las respuestas se deduce le piden atienda un caso importante de un país amigo….tiene respuestas para todos y no parece inmutarse, tiene la capacidad de oír aunque no lo parezca a más de una persona. Y recuerda cada caso complejo de cirugía pendiente. Le muestran la radiografía. Cuánto tiempo duró la lámina, pregunta. Cada caso es diferente. Cada uno un riesgo, un desafío. El paciente tiene 98 años, “una gloria del deporte cubano” apunta. Chávez te ocupas del yodo. Operar mañana en el primer turno, quiere saber en cuánto tiene la glicemia. Pidan sangre que la operación es grande. No hay alternativa, si no se opera se muere y vamos a luchar para que viva. Y el cirujano sin palabras asiente con la cabeza.
Llega el caso especial y lo acompaña un General y se traslada a su pequeño despacho, su consulta tiene una pequeña mesita rectangular que le permite escribir las recetas o las indicaciones a los pacientes que tiene citado, la pared tapiada con fotos de él con presidentes del mundo entero, quienes han sido sus pacientes. Una sola foto no tiene a un presidente sino a su hermano y amigo Jorge Risquet con quien compartiera la misión quijotesca africana. Esa es la única foto que no tiene a un presidente, a un jefe de estado, pero a quienes los pueblos africanos reconocen y bendicen como a un jeque porque Cuba, Fidel, contribuyó a librarlos del apartheid y a ser libres y a disfrutar el “espumoso vino de la victoria” negra sobre los blancos colonialistas y a surfear exitosamente sobre las crestas de las olas imperialistas.
Retorna a la silla giratoria del salón y continúa atendiendo a los médicos, le preocupa que no puedan producir células madres, ha dado muy buen resultado, va al origen del problema. La centrífuga se calienta, cuando pusieron la polea aparecieron otros problemas, el equipo no da abasto, ese es el problema. La climatización es compartida con el banco de sangre. Versiones diferentes, imprecisiones no lo exasperan, mueve la cabeza a uno y otro lado para atender a los disertantes. Concluye: mañana climatización alternativa, ponen un aire en la pared, ese departamento es sumamente importante y no puede pararse. Alguien habla de comprar y salta Nidia diciendo que lo que no esté incluido en el presupuesto ni se lo digan. El profe sentencia, mañana mismo empezamos. No le des el alta, hay que tratarlo antes y prepararlo, inyectarlo varios días para elevar….la gamma cámara es imprescindible, no tenemos. Coordinen con Oliva, en el Oncológico, que además es amigo mío. Programen al menos dos casos semanales con él.
Alvarez cambra
LA CONFIANZA SE LLAMA ESPERANZA
Esperanza Ortiz, excelente profesional de su absoluta confianza, jefa de enfermería, sub directora, no preciso bien el cargo porque lo mismo atiende y hace gestiones para resolver la climatización del banco de sangre y para eso llama a Pablo , para precisar bien el problema e informarle las orientaciones del Profe. Ella tiene un sentido práctico por eso se le ocurrió gestionar con el Registro de Vehículos, para hacer el cambio de chapa de los carros –proceso que se lleva en el país- en el mismo hospital sin que tengan que ausentarse del centro el día completo el personal que los posee. “Quién me habrá mandado a meterme en esto” susurra cuando alguien la interpela sobre el asunto. Pero es el brazo derecho, los ojos y oídos del Profe a quien mantiene informado al detalle como él exige, pero al mismo tiempo trata de darle solución a la mayor parte de los problemas. Ella fue su alumna entre 1963 y 1965 cuando él daba clases en Santiago de Cuba, como parte del servicio médico rural. Ella cumplió misión internacionalista en Siria, durante la guerra, y no concibe la vida sin el “profe” y su hospital. Esperancita llega cada día muy temprano y a pesar de su complexión es ligera como una gacela, sus pasos no se sienten y una esbozada sonrisa cálida reparte y con pocas palabras es fuerte, exigente y eficiente. Revisa el hospital, conoce cada dificultad y negligencia, dándole solución a todo lo posible y después le da el parte al profe de lo que necesita saber y ordenar resolver. Sentido de pertenencia a su hospital, a su profesión que dada día dignifica, y lealtad y admiración al Profe son sentimientos ostensibles en el quehacer diario, abnegado y discreto que patentiza cuán importante es una enfermera en un hospital.

De Cárdenas, sencillo, discreto, disciplinado y leal, espera y, también le consulta. Dirige el equipo de Prótesis de Rodillas. Es un maestro y se ha vuelto un gran herrero o carpintero de metal, cercena con precisión el hueso y con el movimiento preciso del judoca inserta la prótesis de rodilla, mientras con el arte del buen profesor explica a sus discípulos quienes le aprecian y respetan. ¿Cuánto cuesta en el mundo una prótesis y la atención especializada de excelentes médicos? me pregunto.
Miguel Ángel, además de su yerno es Sub director , está cerca por si lo necesita, hombre inteligente y sencillo, sin caballete en mano puede recomponer el descalabro con colores de arco iris y es también una pieza clave de ese rompecabezas que es el Hospital.

Llega el Dr. Fleites, padre, eminente profesor, dicen su hijo es también un brillante especialista. Pausado, imperturbable a pesar de las presiones del día, del strees que implica el salón, que nunca evidencia, a lo sumo cierta mirada cansada. Intercambian frases cortas. Tienen una comunicación especial y se reciprocan el cariño y la admiración, y comparte con él la amistad nacida de los riesgos vividos en la misión internacionalista en África. Le pide atienda a un niño de dos años, Halley-un pequeño cometa- que se ha fracturado el fémur jugando con una pelota de football, coinciden en el proceder de llevarlo al salón, anestesia general, reducir e inmovilizar. Pide a la secretaria mantenga informado a los familiares, sabe que la madre está embarazada. El hombre de los pequeños detalles y alta sensibilidad, no se le escapa la angustia que genera el quirófano para quienes esperan por un pequeño que no entenderá por qué durante unos meses no podrá jugar ni patear su pelota. Pero sus padres y familiares tienen la certeza de que crecerá sin secuelas y quién sabe si será un buen futbolista que desde el futuro rememore esta historia que sólo puede explicar el amor.
Afuera sigue llegando gente de todas partes del país y de otros. Grisel y Nidia armonizan cuan perfecto dúo vocal, del gran salón pasan a otro pequeño según se acerque el encuentro por un pasillo lleno de reconocimientos a la labor científica del Profe, que es a la Revolución Cubana porque ha sido el mejor embajador del mundo que hemos tenido. Ha sido y es el embajador de la solidaridad. En un cuadro se lee el agradecimiento por la donación a Kiribati de un equipamiento ortopédico. ¿Dónde está en el mapa? ¿Quiénes son los kiribatianos que también viven en su memoria?
Los pacientes y sus familiares quieren atenderse con él, verlo, oír su opinión, saludarlo, agradecerle. La diplomacia de Nidia se pone a prueba para preservarlo. Su función es un reto, le dan recados de que la sangre no le llega al tobillo y el Profe le rectifica que a la tibia, pero ella no se avergüenza, comenta: Imagínate que no soy médico y se empeñan en que se lo diga y no podría no hacerlo porque él atiende a todo el mundo. Nidia insiste en que el matrimonio quiere verlo. Responde que ya valoró el caso y le dio su opinión, hay que injertar. Insiste Nidia: ellos no quieren pero quieren verlo. El Profe me mira y me dice: voy a tener que devolverles los sinsontes. No entiendo, porque estaba hablando de las células madres y mi imaginación construye una rápida imagen de que los cantores están siendo objeto de algún experimento. Mi asombro es visible. Sin cambiar el tono cuenta que un día estaba hablando de que la noche anterior un gato se comió al sinsonte, a pesar de que la jaula estaba encima de la perrera. Que estas personas lo oyeron y un buen día se aparecieron y trajeron desde Holguín dos bellísimos sinsontes. Alguien pregunta cómo es posible si la jaula estaba encima de la perrera. Explica ahora consternado, que su perra Lara tiene 130 libras y le hizo pasar la vergüenza de la vida delante de otras personas. Un gato le cayó atrás y corría despavorida. Les aseguro que cuando vi aquella actitud de Lara me descompensó. Gisela y Risquet llegaron a visitarlo y lo encontraron tendido en un sofá, cabizbajo. Qué te pasa Kiko?, le preguntó su hermano. Entonces cuenta Gisela que le dio lujo de detalles del bochorno que sentía similar a lo que pudiera sentir “un hombre a quien le falla la hombría” y entonces apunta Risquet: es que Kiko no soporta la cobardía ni siquiera canina. Mabel Rodríguez, economista inteligente y esposa comprensible les susurró: es muy sensible a las pequeñas cosas, a la fragilidad de la vida; y la naturaleza con todos sus componentes pueden provocar en él reacciones impresionantes, la muerte de los sinsontes lo conmovieron mucho.
PARTE INDISOLUBLE DEL DEPORTE CUBANO
Sin este hombre grande no puede escribirse la historia del deporte cubano, de sus éxitos, sin tener en cuenta la decisión acertada de Fidel de crear en el Frank País un departamento de medicina deportiva bajo el desempeño profesional del “profe”, para restañar los estragos de la exigencia de la disciplina. Las medallas de oro del olimpismo cubano, siempre fueron posible por el tesón de sus deportistas, pero también por la excelencia de los tratamientos y dedicación absoluta de los médicos, fisioterapeutas, técnicos y en especial del Profe para restablecer las condiciones físicas óptimas de las glorias cubanas. Por ello guardan respeto y profunda gratitud por el profe. Con razón Juantorena apunta que Stevenson, Savón, Ana Fidelia, Colón, Mireya, y comenzando por él, una lista interminable de deportistas no olvidan la profesionalidad y la mano amiga del profe para curar el trauma físico que deviene en psíquico cuando se ve amenazada la posibilidad de competir y representar a Cuba, por eso con orgullo y modestia expresa que la medalla de oro conquistada en 1976 es también del “profe”. El campeón en restaurar los huesos y la esperanza quebrada.

El “profe” tiene un fino sentido del humor y mucha sensibilidad, habla con un lenguaje diáfano, preciso, es fácil la relación de sus subordinados con él. Conoce y reconoce a todos sus trabajadores, los especialistas, los constructores, los de la limpieza. Es un hombre normal que siente la vida cotidiana y es cordial y no autoritario en sus relaciones de trabajo. Todos saben las reglas del juego. Consagración ha sido y es la palabra de orden. Un largo camino de investigación y creación lo han llevado a la cima de la ciencia ortopédica mundial y con él su institución reconocida; prestigio que ha logrado cuan excelente alpinista venciendo los escollos inherentes a toda gran obra humana. Y Fidel le dio la gran piedra y le dijo talla tu obra y dolieron las manos y saltaron las incomprensiones. Y cinceló una escultura monumental que echó raíces y florece y da frutos porque se multiplica con orgullo en cada uno de sus discípulos. Pero él sigue siendo el oráculo no de Delfos sino de los huesos de Cuba. Pero su personalidad no suprime el espacio para el debate científico, sino que lo exige como una condición que promueve el desarrollo. Todos saben que hay que estudiar. Mantenerse actualizado, analizar los problemas que plantea la especialidad y crear con ética, pese a las dificultades materiales que impone la mordida del bloqueo de Estados Unidos a Cuba porque hinca con saña el diente en la Salud y no es retórica.
El camino es pedregoso pero se logra el éxito y este radica en el trabajo en equipo que no suprime las individualidades, sino estimula el talento. Todos son importantes, imprescindibles, desde los trabajadores de los servicios, la enfermería, los técnicos, los especialistas es el espíritu de la colmena en que todos tributan a un solo objetivo: el desarrollo de la Ortopedia cubana.
¿Cuál es el misterio del Profe? Me pregunto. Para realizar bien tantas cosas al mismo tiempo incluyendo el amor. Para desentrañar el misterio interior de los humanos, para pensar en el mapa de los huesos sin olvidar un detalle y en ser un orfebre perfecto que moldea el metal y domina el cincel y la sierra y las manos son ángeles que devuelven el vuelo a las alas quebradas, inútiles y retorna la vida, porque el vuelo de los hombres que no caminan depende de sus piernas no de sus sueños y pueden llegar a ser “príncipes de las alturas”, “caballeros de la pista”. Me pregunto dónde guarda los sueños, los suyos, los propios, los caprichos y también las tristezas de la vida? Y cómo crece el amor entre varillas y fijadores y florece la vida y sigue amando entre los tropiezos de los años que de otoño se tornan primavera. Son muchas las preguntas para una hora y un poquito más en qué lo observo y quedo presa de la magia de su personalidad. Ahora adivino el misterio de sus fuerzas. Creo que emanan de ese espíritu de artista, pintor -cuyos genes prodigó a su hijo Inti-, poeta, que lo convierten en reparador de los sueños ajenos, en hombre sensible con alma de niño, en amante eterno del amor, la belleza y la justicia social, que no olvida el vuelo de las mariposas de Magia Dulce en Candelaria, aunque conoce la frondosidad de la selva, la aridez del desierto, la monumentalidad de los rascacielos y la sublimación de la nieve sin pretender descifrar el misterio de la nostalgia.
Profe, espero excuse mi imprudencia y no me devuelva los sinsontes y a quien lea mis cuartillas improvisadas tenga en cuenta que es un médico que ha “…tratado a trece jefes de estado”, “sin milagros” porque tiene “las mejores manos” y la necesaria “ferocidad en el salón” y de quien dijo un médico español a Wilfredo Lam en París, cuando sufría la secuela de la hemiplejia, busque al médico cubano “que hace caminar hasta los taburetes”. Entonces hay razones para creer que su hospital sí es “la casa de los milagros” porque el Dr. Rodrigo Álvarez Cambras es un paradigma de la medicina cubana.
Gloria León (Un día cualquiera de la primera semana de junio del 2013).

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