El presidente Obama tiene todas las razones para levantar el cerco
contra la Isla. Este instrumento coercitivo, ilegal, obsoleto, propio de
la guerra fría, no le funciona a Washington en sus intenciones de
promover aquí su estrategia de «cambio de régimen». Cuba no renunciará a
su independencia, su soberanía ni a su desarrollo, aseguró el ministro
de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla
El bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados
Unidos contra Cuba hace más de 50 años ha ocasionado hasta diciembre de
2011 daños que ascienden a un billón 66 000 millones de dólares,
teniendo en cuenta la depreciación de esa moneda frente al valor del oro
en el mercado internacional, denunció este jueves el ministro de
Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla, en una videoconferencia
que conectó a la sede de la Cancillería con la Misión Permanente de
Cuba ante Naciones Unidas, en Nueva York.
Las cifras del monto del perjuicio a Cuba por daños económicos a
causa de esta política, además de su impacto en otras esferas de nuestra
sociedad, están recogidos en el informe de Cuba sobre la resolución
66/6 de la Asamblea General de Naciones Unidas titulada Necesidad de
poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los
Estados Unidos de América contra Cuba, el cual fue presentado por
Rodríguez Parrilla durante su conferencia, que reunió en La Habana a
periodistas de 14 medios nacionales y 36 extranjeros.
Para una economía pequeña como la de Cuba es una carga abrumadora, apuntó el Canciller.
El Ministro expresó su confianza en que una vez más la comunidad
internacional denunciará esta medida coercitiva y demandará su
derogación, como ocurrió el pasado año, cuando 186 miembros de la
Asamblea General votaron a favor de la resolución cubana, quedando solos
y aislados Estados Unidos y su aliado Israel.
El titular destacó que próximamente esa condena resaltará en la
sesión de alto nivel de la Asamblea General, donde como en años
anteriores, jefes de Estado y de Gobierno y cancilleres demandarán la
derogación del bloqueo, un tema que —dijo— está entre los cinco más
tratados en ese foro.
A pesar de este llamado internacional, Estados Unidos ha respondido
con el endurecimiento del bloqueo, sostuvo Rodríguez Parrilla al
referirse a la aplicación exhaustiva de esa política por la
administración del presidente Barack Obama.
En 2012 el Gobierno de Estados Unidos incrementó el acoso y la
persecución de las operaciones comerciales y financieras de Cuba en todo
el mundo, incluso las que se realizaron en monedas distintas al dólar.
También amplió sus sanciones y multas a entidades e individuos de
terceros países que tienen vínculos con la Isla, remarcando el caracter
extraterritorial del bloqueo, apuntó el titular.
Rodríguez Parrilla puso algunos ejemplos. En 2011 las multas de la
Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) fueron por 89 millones
de dólares, y en lo que va de 2012 ya escalan a los 622 millones.
Durante la administración de Obama las multas crecen a unos dos mil millones 259 732 dólares.
Entre otros casos de extraterritorialidad de esta política hostil, el
jefe de la diplomacia cubana destacó que en diciembre de 2011 la
dirección del Hotel Hilton, en Trinidad y Tobago, administrado por la
compañía norteamericana Hilton Worldwide bajo contrato, recibió «órdenes
terminantes» de la OFAC de no permitir en sus instalaciones la
celebración de la Cumbre Cuba-Caricom, apenas días antes del evento. «Un
verdadero escándalo y acto de irrespeto a las naciones del Caribe y la
comunidad internacional», sentenció.
Bloqueo a la vida
El informe sobre la resolución 66/6 de la Asamblea General de
Naciones Unidas, que será sometido a votación por los Estados miembros
de esa instancia internacional en noviembre, detalla ejemplos que
patentizan el sentido criminal del entramado de leyes y medidas que
conforman esta política de cerco.
El daño humano es invaluable; el bloqueo provoca sufrimiento,
carencias y dificultades que alcanzan a cada familia cubana, comentó
Bruno Rodríguez Parrilla al referirse a las consecuencias de esa
política en el acceso a materias primas, alimentos y medicamentos, lo
que las convenciones humanitarias prohíben incluso en tiempos de guerra.
El Canciller destacó que el Cardiocentro Pediátrico William Soler no
dispone del medicamento levosimendán, para tratamiento del bajo gasto
cardíaco, el cual solo es producido en Estados Unidos por los
laboratorios ABOTT.
Según el titular, la institución cubana tampoco puede acceder a
suplementos alimenticios para uso parenteral que requieren niños para
poder ser sometidos a una intervención quirúrgica que les propicie
mejores pronósticos.
De acuerdo con el Informe, distribuido a la prensa nacional y
extranjera en la sede del Ministerio de Relaciones Exteriores, en el
servicio de cirugía cardiovascular de ese hospital se atienden
anualmente entre cien y 110 infantes menores de un año que, en más de un
90 por ciento, requieren intervención nutricional parenteral.
Rodríguez Parrilla también se refirió a la retirada de la firma
norteamericana St. Jude, lo cual privó al Instituto de Cardiología y
Cirugía Cardiovascular del equipo de mapeo anatómico tridimensional no
fluoroscópico, necesario para realizar ablaciones de arritmias
complejas. Por esta razón Cuba tiene que enviar los pacientes a terceros
países para que reciban su tratamiento.
Como resultado del bloqueo, una empresa intermediaria canadiense
canceló el contrato de venta que había suscrito con Medicuba —empresa
importadora de medicamentos— para la adquisición de Kits (HIV-1P24
ELISA) de fabricación norteamericana, que permite el diagnóstico de Sida
en niños de madres seropositivas.
«Es una violación masiva, flagrante y sistemática de los derechos
humanos. Es sin duda la principal causa de los problemas económicos y el
obstáculo esencial para el desarrollo de la nación en todos los
sentidos», apuntó Rodríguez Parrilla, quien recordó que esta política
clasifica también como un acto de genocidio, según la Convención de
Ginebra de 1948.
Razones que Washington no escucha
Rodríguez Parrilla también catalogó como insostenible y calumniosa la
presencia de Cuba en la llamada lista de países patrocinadores del
terrorismo internacional, que emite el Gobierno de Estados Unidos.
Advirtió que esta medida tiene un «carácter políticamente
intencionado», y el texto que la fundamenta evidencia su «propósito
espurio» de utilizar esta lista como un pretexto para «aplicar medidas
adicionales de bloqueo en el sector financiero».
También criticó que Obama prorrogara la Ley de Comercio con el
Enemigo, que sustenta la aplicación de medidas del bloqueo, para lo que
el jefe de la Casa Blanca arguyó que conviene a los interes nacionales
de su país.
«No es cierto. Estados Unidos tiene muchas razones para levantar el bloqueo», dijo el Canciller.
De acuerdo con el Ministro, derogar este cerco le permitiría a EE.UU.
«restablecer su propia legalidad», «apegarse al Derecho Internacional»,
y eliminar «un lastre de credibilidad a su política exterior».
También le ayudaría a mejorar «su posición e imagen internacional con
el cese de la aplicación de medidas contra la soberanía de terceros
Estados, incluidos sus aliados», apuntó.
De acuerdo con el Canciller, la eliminación del bloqueo conviene
además a los intereses del pueblo estadounidense y precisó que prohibir a
los ciudadanos norteamericanos viajar a Cuba es «una violación de las
libertades civiles y de sus derechos constitucionales». Este es uno de
los temas que provoca más aversión en la sociedad norteamericana, que en
su mayoría «se opone al bloqueo» y «favorece la normalización de
relaciones con Cuba».
Los ciudadanos estadounidenses necesitan licencias especiales del
Departamento del Tesoro para viajar a la Isla. Bruno Rodríguez Parrilla
denunció que la OFAC retiene este tipo de permiso— que otorga en virtud
de lo que EE.UU. ha dado en llamar «contacto pueblo a pueblo»—, y de
acuerdo con lo estipulado en 2009 en ese país.
Entre otras razones, el Ministro refirió, además, que levantar el
bloqueo le permitiría a Washington «articular una nueva política creíble
hacia América Latina y el Caribe», cuyos países han expresado «unánime y
resueltamente» su oposición a estas medidas, que impiden el
establecimiento de relaciones apropiadas entre la región y la potencia
norteamericana.
Cuba no renunciará a su soberanía
Rodríguez Parrilla aseguró que Obama tiene todas las facultades
constitucionales que le permitirían introducir modificaciones
sustanciales a la aplicación de lo que denominó «instrumento de abuso de
poder». Para ello, aseguró, el jefe de la Casa Blanca no tendría
«necesidad de decisiones legislativas».
Aseguró que este «instrumento de carácter coercitivo, ilegal,
obsoleto, propio de la guerra fría», no funciona para que el Gobierno de
Washington «avance en su propósito de cambio de régimen en nuestro
país».
Por tanto, aseguró, Obama «tiene todas las razones morales,
humanitarias, políticas, legales y de respeto a los intereses y deseos
del pueblo norteamericano para levantarlo (el bloqueo) mañana mismo»,
sentenció.
Aseguró que «si no quisiera hacerlo», cualquiera que sea el próximo
presidente de Estados Unidos entre los dos candidatos que hoy compiten
por la Casa Blanca, tendrá oportunidad de derogar esta política en el
próximo mandato.
«Mientras, Cuba seguirá desarrollándose en el plano económico y
social, seguirá haciendo un esfuerzo difícil que necesita de la
contribución y trabajo duro de todos los cubanos, pero no renunciará a
su independencia, ni a su soberanía, ni a su desarrollo», subrayó.
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