Estados Unidos continúa este viernes los preparativos para una eventual acción de fuerza contra Siria, con la ubicación de agrupaciones navales y medios aéreos en áreas próximas al país árabe, en medio de una amplia campaña mediática.
Bajo el pretexto del supuesto uso de armas químicas por parte del Gobierno del presidente Bashar Al Assad, la Casa Blanca puntualiza las misiones de sus servicios armados en interés de la intervención castrense y trata de convencer al Congreso sobre la necesidad de una acción de ese tipo.
El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, aseguró este viernes que Washington tiene todas las pruebas necesarias sobre la supuesta culpabilidad del Gobierno sirio en el uso de las armas químicas.
Kerry afirmó que Estados Unidos está preparado para efectuar un ataque preventivo contra objetivos en Siria, porque los servicios de inteligencia conocen detalles sobre los lugares desde los cuales fueron lanzados estas sustancias tóxicas.
Por otra parte, funcionarios de la Casa Blanca sostuvieron una conferencia telefónica el jueves por la noche con los principales líderes del legislativo, con el objetivo de obtener apoyo político ante cualquier decisión que adopte el Ejecutivo para una acción militar.
En el intercambio participaron representantes del Departamento de Estado, el Pentágono y las agencias de inteligencia estadounidenses, quienes aseguraron a más de una veintena de legisladores que existen evidencias claras de que las fuerzas del Gobierno de Damasco fueron responsables del empleo de las sustancias tóxicas.
Los funcionarios aseguraron que Estados Unidos posee las pruebas y la justificación legal para realizar un ataque con el fin de evitar que los líderes sirios utilicen nuevamente las armas químicas, asegura este viernes el diario The New York Times.
En los últimos días, la Armada estadounidense reforzó su presencia en la región del Golfo Pérsico con el arribo del portaaviones Harry S. Truman, con dos cruceros coheteriles e igual número de destructores como buques escoltas, que relevarán a la agrupación similar del USS Nimitz, que se encuentra en el área desde marzo pasado.
Sin embargo, al Nimitz se le ordenó que permanezca en la región hasta nuevo aviso, decisión que el Pentágono calificó de prudente, aunque sus voceros declinaron confirmar que su presencia sería vital en la eventualidad de un golpe militar contra Siria.
El Pentágono confirmó además el traslado de un quinto destructor coheteril hacia el Mar Mediterráneo oriental, como parte de los preparativos para una operación bélica contra el país del Levante.
Cada uno de estos buques es capaz de portar varias docenas de cohetes crucero Tomahawk, que serían la pieza central de los primeros golpes contra objetivos militares y civiles en territorio sirio.
El público estadounidense se opone a una acción militar de gran envergadura contra Siria, pero se inclina hacia la realización de golpes limitados que socaven las capacidades del ejército de ese país para realizar ataques con armas químicas, reveló este viernes una encuesta de la cadena NBC.
Según el sondeo, la inmensa mayoría de los estadounidenses quieren que Obama obtenga la aprobación del Capitolio antes de realizar cualquier ataque contra la nación árabe.
Especialistas y medios de prensa señalan que en cuanto a la aviación militar, además de la que está a bordo de los portaaviones -cada uno de los cuales puede transportar alrededor de 80 aeronaves- Washington mantiene una fuerte presencia aérea en sus bases en Italia, Turquía y varios países de Oriente Medio.
Además, los bombarderos de largo alcance ubicados en territorio continental estadounidense, pueden alcanzar objetivos en suelo sirio en un viaje transatlántico y cumplir misiones de ataque en caso de que se tome la decisión política.
(Con información de Prensa Latina)
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