Raúl Roa (1907-1982), en su condición de vicepresidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, hizo público entonces el acuerdo del cambio de toponímico (antes Isla de Pinos) el dos de agosto de 1978, durante las actividades del XI Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, celebrado en Cuba.
El obligado repaso a la memoria propició la evocación de los días posteriores al huracán Alma en junio de 1966, cuando este territorio quedó totalmente devastado y la dirección del país promovió la movilización de jóvenes de toda la nación para eliminar los daños ocasionados por el meteoro.
Llegamos a la otrora Isla de Pinos como parte de la brigada Las Marianas, con el propósito de fomentar la siembra de la toronja, refirió al auditorio Migdalia Pérez, quien había dejado atrás sus labores de enfermería en su natal Camagüey, para cumplir con el llamado de la UJC.
En este lugar, donde fundé mi familia y eché raíces, tengo hijos y nietos; mi mayor orgullo es haber aportado a mi patria, primero como luchadora clandestina, y luego en las labores agrícolas, legado que dejo a los míos y a esta generación, encargada de continuar la obra, dijo la septuagenaria.
Entre anécdotas y remembranzas por los que no están físicamente, discurrió el encuentro, que tuvo por sede la casa de la Delegación del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos.
Es importante que nos encontremos cada año los jóvenes de ayer y de hoy para dialogar sobre compromisos y sueños a favor del desarrollo de la Revolución y los valores que ella promueve, afirmó María Verena González, quien arribó como maestra en 1966 a la entonces Isla de Pinos.
(Con información de la AIN)
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