José Manzaneda, coordinador de
Cubainformación.- Medios de todo el mundo publicaban la noticia: el Gobierno de
Cuba ha decidido poner en libertad a 3.522 personas presas, como gesto
humanitario ante la visita del Papa Francisco a la Isla (1).
El Papa –recordemos- visitará también
EEUU en esta gira. Y hace unos días, en Washington, más de 60 organizaciones
sociales, encabezadas por Pastores por la Paz, pedían al Presidente Obama que
siguiera el ejemplo de Cuba en la liberación de presos (2). A este reclamo,
como era de esperar, no han dedicado una línea los grandes medios
internacionales.
Haciendo una regla de tres, si la
población carcelaria de Cuba es de 57.000 (3) personas, y la de EEUU de 2,3
millones (4) –la mayor del mundo- la Casa Blanca debería liberar a 141.000
personas encarceladas para alcanzar la magnitud de la medida tomada en La
Habana.
Pero el mensaje de los medios no ha
sido en sí el indulto humanitario en la Isla, sino el hecho de que entre las
personas amnistiadas no figuran los supuestos “presos políticos” (5).
Ante los micrófonos de agencias y televisiones de todo el mundo el
“disidente” Elizardo Sánchez Santacruz reclamaba la libertad de 60 personas
presas en Cuba por "razones políticas o por procesos políticamente
condicionados".
El mensaje a la opinión pública
internacional, una vez más, es que en la Isla, a pesar de las excarcelaciones
de 2010, aún existen 60 “presos políticos” (6). Y que –por consiguiente- la
Unión Europea y EEUU deben seguir presionando políticamente a La Habana (7).
Pero ¿qué tipo de “presos políticos”
contiene dicha lista? En ella se incluyen, por ejemplo: a los mercenarios
salvadoreños que en 1997 pusieron bombas en hoteles de La Habana y asesinaron a
un turista; a una persona que mató a cuatro vigilantes para robar un yate y
emigrar a EEUU; a cuatro exmilitares que, en 2007, ejecutaron a dos rehenes en
el intento de secuestro de un avión; y a decenas de integrantes de comandos de
ultraderecha que, procedentes de Miami, cometieron numerosos atentados en la Isla
(8).
¿Por qué los medios no hablan de
esto? ¿Por qué no nos dicen que estas personas cumplen pena por acciones
violentas, algunos con gravísimos delitos de sangre?
Si aceptamos como “preso político” la
definición de Amnistía Internacional, que afirma que es “todo preso cuya causa
contenga un elemento político significativo”, podríamos encuadrar a algunas de
estas personas en dicha categoría (9). Pero, según el mismo razonamiento, ¿por
qué dichos medios se niegan a denominar “presos políticos” a los más de 500
miembros de organizaciones armadas en las cárceles españolas? (10)
¿Y por qué esos medios rechazan la
consideración de “presos políticos” –o, en este caso, “de conciencia”- a las
decenas de independentistas vascos que están en prisión por militar en partidos
ilegalizados, y no por acciones de violencia? (11) Es el caso del
dirigente Arnaldo Otegi, cuyo reclamo de libertad por parte de tres
expresidentes latinoamericanos y tres Premios Nobel de la Paz ha sido
silenciado absolutamente en dichos medios (12) (13).
Pero volvamos a la gira del Papa
Francisco y a su segunda escala: EEUU. Leemos que el Estado de Arkansas –uno de
los 31 estados con pena de muerte y que no la aplicaba desde hace 10 años-
ejecutará a cinco presos en las próximas semanas (14) (15). En contraste, Cuba,
aunque aún la mantiene en su Código Penal, mantiene una moratoria desde hace 12
años (16).
Pero esto... tampoco será tema de
análisis en los grandes medios internacionales.
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