miércoles, 10 de julio de 2013

Periodismo cubano: reclamos frente al espejo

A pocos días de las sesiones finales del IX Congreso de la UPEC, jóvenes reporteros comparten con Cubahora sus criterios sobre cómo configurar un modelo de prensa más atractivo, crítico y creíble...

Yoelvis Lázaro Moreno Fernández

¿Qué periodismo construimos, a qué periodismo aspiramos? ¿Estamos satisfechos con el reflejo de nuestra realidad en los semanarios, diarios, noticieros radiales y televisivos y las páginas Web informativas? ¿Resultan enjundiosos los enfoques interpretativos en nuestros medios? ¿Se puede hablar hoy de una crítica “complaciente” o por encargo, y de otra más apegada a la iniciativa profesional? ¿Es suficiente lo que cuestionamos? ¿De qué depende eso? ¿Qué mecanismos, factores externos o internos y rutinas del oficio siguen regulando el ejercicio; cuáles emergen nuevos?


¿Cuánto aprovechamos las ventajas de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación para una labor que pide a voces ser más sensorial, más expresiva, más dinámica? ¿En la era de la multimedialidad, las desintermediaciones crecientes y los públicos cada vez más en red, cómo se construyen los discursos?

Ya están a las puertas las sesiones finales del IX Congreso de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), que tendrán lugar los días 13 y 14 de julio en el capitalino Palacio de las Convenciones. Motivado por el ánimo constructivo de esos debates que se esperan bien interesantes, y con estas preguntas como punta de lanza para alentar al intercambio y la contrastación de ideas, jóvenes reporteros de todo el país compartieron con Cubahora sus criterios sobre cómo configurar hoy un modelo de prensa más atractivo, crítico y creíble, que acompañe la actualización de la economía nacional y busque parecerse más a nuestra realidad.

TOCAR SUELO, SER ATRAYENTES

Para la joven reportera Rosa María Díaz Hernández, de la emisora Radio Cruces, en Cienfuegos, la prensa debe ganar, por encima de todo, interés. “Debe ser más atractiva gráficamente, con fotografías y titulares que llamen la atención y al mismo tiempo despierten el bichito de la curiosidad por la lectura. Ya estos no son tiempos de textos aburridos y monocordes”.

Hoy, como nunca, —considera— estamos necesitados de potenciar la opinión de los lectores, la posibilidad del intercambio de juicios, por muy diversos que estos sean. Tenemos que pensar en un modelo que se erija sobre bases participativas, que abra canales para el diálogo y todo el mundo cuente.

En cuanto a temas, Díaz Hernández estima que se imponen los asuntos jurídicos, es decir, la explicación de las normas y los cuerpos legales que guardan relación con cada medida de la propia actualización. “También las cuestiones de orden económico hace falta tratarlas más, hay que explicar mejor la perspectiva de cada una de las transformaciones, a qué obedece, para qué se hace. Y no menos importante: hay que darle cobertura a la actualización en la base: en los municipios, en los barrios, pues ese es un escenario importante que a veces obviamos, justo cuando hablamos de fomentar el desarrollo local, de manera armónica y bien pensada”.

Bolivia Tamara Cruz, corresponsal de la emisora Radio Progreso, en Villa Clara, reconoce que el periodismo nacional necesita tocar suelo cubano, más bien aterrizar, irle a las necesidades, a las demandas de sus públicos, y no perder el enfoque de que, ante todo,  es un servicio público. “Basta con que se parezca a nosotros, que esté más cerca del pueblo”. La intención tiene que estar en orientarnos hacia lo que busca la mayoría: un reflejo más desintoxicado de retóricas simplistas, halagos y reconocimientos.  La vida no es tan simple ni transcurre tan lineal como suele presentarse en nuestros medios —acota.

Por su parte, la colega Yuliet Pérez Calaña,  del telecentro Isla Visión, en la Isla de la Juventud, apuesta por un cambio de mentalidad dentro del propio gremio. “Los periodistas debemos transformarnos para persuadir mejor; seguimos siendo demasiado paternalistas, estamos viciados por el elemento informativo de corte estadístico, alejado de análisis más profundos de naturaleza interpretativa. A la gente no le interesa saber cuántos quintales de papas se cosecharon, sino si esa cantidad es suficiente o no, qué se va a hacer para revertir la situación, y por supuesto, si va a llegar la papa a su plato, que es lo que más le interesa”.

CRITICAR Y PREPARARNOS MÁS

Leticia Martínez, del diario Granma, pondera el valor de la preparación por parte de los periodistas, sobre todo en temas económicos. “Ahora mismo el país está inmerso en la Actualización y los profesionales de la prensa muchas veces no saben por qué se pagan los impuestos. Nos acomodamos a lo que dice la Gaceta Oficial, sin saber lo que ponemos, nos conformamos con ponerles comillas a los párrafos de algunos documentos y ya. Y eso, lejos de aclarar lagunas, genera mayores vacíos de conocimiento.

”Por otro lado, el acceso a las personas que están rectorando el curso de las transformaciones tampoco resulta fácil. Creo que deben convocarse con frecuencia encuentros con los periodistas para dar una información más especializada de lo que está sucediendo”. Desde luego, la actualización del modelo económico cubano no es solo la información oficial. La actualización implica a toda la sociedad.

La joven Daniela Hernández Rojas, del semanario Vanguardia, en Villa Clara, considera que no podemos dejar a un lado la crítica, aunque suene reiterativo. “Decir los problemas por duros que resulten y proponer soluciones, oyendo a la gente, es vital. Nuestros medios tienen que acercarse más a lo que dicen las personas en la calle, con criterios bien argumentados, con tesis sustentadas en la investigación y la contrastación de fuentes.  La gente siempre da las mejores pistas”.

Hay que buscar ganchos, tanto temáticos como formales, sin caer en la vulgaridad ni en lo panfletario, ni en el enmascaramiento de los contenidos y las ideas, que es como no decirlo. La información ya está dondequiera. Las nuevas tecnologías han roto prácticamente todas las barreras y traen con ellas el desafío de construir un discurso diferente, más interactivo y variado. De nada vale que monopolicemos un dato desde el poder comunicativo de nuestros medios, cuando otras fuentes alternativas te lo pueden brindar con facilidad. Y entonces queda uno como profesional y como institución social en ridículo —destaca.

No menos racional y visionaria, Delicia Leyva Morales, periodista del semanario Invasor, de Ciego de Ávila, piensa en un modelo de prensa más creíble, que apunte a las redacciones integradas, pero que estas logren funcionar como una empresa de comunicación, con un sistema de gestión de contenidos donde el editor central sea el responsable principal del flujo informativo. “Se necesitan cambios en tres áreas esenciales: la mentalidad, la tecnología y el capital humano.

”Para que la actualización posea valoraciones que permitan correcciones al mismo tiempo que se desarrolla, hay que huirle también al burocratismo y desterrar el acceso limitado a las fuentes de información. Creo que urge elevar, en principio, el conocimiento sobre el modelo de prensa que tenemos. Y de ahí partir.

”Sería muy provechoso proscribir en cierta medida también las dependencias financieras, estamos descapitalizados, no tenemos sostenibilidad económica. Y eso, junto a muchos otros factores, es un elemento limitador. El periodismo apuesta por su propia regulación y de ese modo buscará ser más consecuente con las políticas del proyecto de país que defiende”.

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