A pocos días de las sesiones finales del IX Congreso de la UPEC, jóvenes
reporteros comparten con Cubahora sus criterios sobre cómo configurar un modelo
de prensa más atractivo, crítico y creíble...
¿Qué periodismo construimos, a qué periodismo aspiramos?
¿Estamos satisfechos con el reflejo de nuestra realidad en los semanarios,
diarios, noticieros radiales y televisivos y las páginas Web informativas?
¿Resultan enjundiosos los enfoques interpretativos en nuestros medios? ¿Se puede
hablar hoy de una crítica “complaciente” o por encargo, y de otra más apegada a
la iniciativa profesional? ¿Es suficiente lo que cuestionamos? ¿De qué depende
eso? ¿Qué mecanismos, factores externos o internos y rutinas del oficio siguen
regulando el ejercicio; cuáles emergen nuevos?
¿Cuánto aprovechamos las ventajas de las nuevas tecnologías de la información
y la comunicación para una labor que pide a voces ser más sensorial, más
expresiva, más dinámica? ¿En la era de la multimedialidad, las
desintermediaciones crecientes y los públicos cada vez más en red, cómo se
construyen los discursos?
Ya están a las puertas las sesiones finales del IX Congreso de la
Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), que tendrán lugar los días 13 y 14
de julio en el capitalino Palacio de las Convenciones. Motivado por el ánimo
constructivo de esos debates que se esperan bien interesantes, y con estas
preguntas como punta de lanza para alentar al intercambio y la contrastación de
ideas, jóvenes reporteros de todo el país compartieron con
Cubahora sus criterios sobre cómo configurar hoy un modelo de
prensa más atractivo, crítico y creíble, que acompañe la actualización de la
economía nacional y busque parecerse más a nuestra realidad.
TOCAR SUELO, SER ATRAYENTES
Para la joven reportera Rosa María Díaz Hernández, de la emisora Radio
Cruces, en Cienfuegos, la prensa debe ganar, por encima de todo, interés.
“Debe ser más atractiva gráficamente, con fotografías y titulares que llamen la
atención y al mismo tiempo despierten el bichito de la curiosidad por
la lectura. Ya estos no son tiempos de textos aburridos y monocordes”.
Hoy, como nunca, —considera— estamos necesitados de potenciar la opinión de
los lectores, la posibilidad del intercambio de juicios, por muy diversos que
estos sean. Tenemos que pensar en un modelo que se erija sobre bases
participativas, que abra canales para el diálogo y todo el mundo cuente.
En cuanto a temas, Díaz Hernández estima que se imponen los asuntos
jurídicos, es decir, la explicación de las normas y los cuerpos legales que
guardan relación con cada medida de la propia actualización. “También las
cuestiones de orden económico hace falta tratarlas más, hay que explicar mejor
la perspectiva de cada una de las transformaciones, a qué obedece, para qué se
hace. Y no menos importante: hay que darle cobertura a la actualización en la
base: en los municipios, en los barrios, pues ese es un escenario importante que
a veces obviamos, justo cuando hablamos de fomentar el desarrollo local, de
manera armónica y bien pensada”.
Bolivia Tamara Cruz, corresponsal de la emisora Radio Progreso, en
Villa Clara, reconoce que el periodismo nacional necesita tocar suelo cubano,
más bien aterrizar, irle a las necesidades, a las demandas de sus públicos, y no
perder el enfoque de que, ante todo, es un servicio público. “Basta con que se
parezca a nosotros, que esté más cerca del pueblo”. La intención tiene que estar
en orientarnos hacia lo que busca la mayoría: un reflejo más desintoxicado de
retóricas simplistas, halagos y reconocimientos. La vida no es tan simple ni
transcurre tan lineal como suele presentarse en nuestros medios —acota.
Por su parte, la colega Yuliet Pérez Calaña, del telecentro Isla
Visión, en la Isla de la Juventud, apuesta por un cambio de mentalidad
dentro del propio gremio. “Los periodistas debemos transformarnos para persuadir
mejor; seguimos siendo demasiado paternalistas, estamos viciados por el elemento
informativo de corte estadístico, alejado de análisis más profundos de
naturaleza interpretativa. A la gente no le interesa saber cuántos quintales de
papas se cosecharon, sino si esa cantidad es suficiente o no, qué se va a hacer
para revertir la situación, y por supuesto, si va a llegar la papa a su plato,
que es lo que más le interesa”.
CRITICAR Y PREPARARNOS MÁS
Leticia Martínez, del diario Granma, pondera el valor de la
preparación por parte de los periodistas, sobre todo en temas económicos. “Ahora
mismo el país está inmerso en la Actualización y los profesionales de la prensa
muchas veces no saben por qué se pagan los impuestos. Nos acomodamos a lo que
dice la Gaceta Oficial, sin saber lo que ponemos, nos conformamos con ponerles
comillas a los párrafos de algunos documentos y ya. Y eso, lejos de aclarar
lagunas, genera mayores vacíos de conocimiento.
”Por otro lado, el acceso a las personas que están rectorando el curso de las
transformaciones tampoco resulta fácil. Creo que deben convocarse con frecuencia
encuentros con los periodistas para dar una información más especializada de lo
que está sucediendo”. Desde luego, la actualización del modelo económico cubano
no es solo la información oficial. La actualización implica a toda la
sociedad.
La joven Daniela Hernández Rojas, del semanario Vanguardia, en Villa
Clara, considera que no podemos dejar a un lado la crítica, aunque suene
reiterativo. “Decir los problemas por duros que resulten y proponer soluciones,
oyendo a la gente, es vital. Nuestros medios tienen que acercarse más a lo que
dicen las personas en la calle, con criterios bien argumentados, con tesis
sustentadas en la investigación y la contrastación de fuentes. La gente siempre
da las mejores pistas”.
Hay que buscar ganchos, tanto temáticos como formales, sin caer en la
vulgaridad ni en lo panfletario, ni en el enmascaramiento de los contenidos y
las ideas, que es como no decirlo. La información ya está dondequiera. Las
nuevas tecnologías han roto prácticamente todas las barreras y traen con ellas
el desafío de construir un discurso diferente, más interactivo y variado. De
nada vale que monopolicemos un dato desde el poder comunicativo de nuestros
medios, cuando otras fuentes alternativas te lo pueden brindar con facilidad. Y
entonces queda uno como profesional y como institución social en ridículo
—destaca.
No menos racional y visionaria, Delicia Leyva Morales, periodista del
semanario Invasor, de Ciego de Ávila, piensa en un modelo de prensa más
creíble, que apunte a las redacciones integradas, pero que estas logren
funcionar como una empresa de comunicación, con un sistema de gestión de
contenidos donde el editor central sea el responsable principal del flujo
informativo. “Se necesitan cambios en tres áreas esenciales: la mentalidad, la
tecnología y el capital humano.
”Para que la actualización posea valoraciones que permitan correcciones al
mismo tiempo que se desarrolla, hay que huirle también al burocratismo y
desterrar el acceso limitado a las fuentes de información. Creo que urge elevar,
en principio, el conocimiento sobre el modelo de prensa que tenemos. Y de ahí
partir.
”Sería muy provechoso proscribir en cierta medida también las dependencias
financieras, estamos descapitalizados, no tenemos sostenibilidad económica. Y
eso, junto a muchos otros factores, es un elemento limitador. El periodismo
apuesta por su propia regulación y de ese modo buscará ser más consecuente con
las políticas del proyecto de país que defiende”.
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