Por Yailin Orta Rivera, especial para la Mesa Redonda
Fotos de Roberto Garaicoa
Los temas más perentorios y también los permanentes de la arena internacional están trascendiendo en estos días en el 68 periodo de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Pedro Luis Pedroso, director de Asuntos multilaterales del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, explicó en la Mesa Redonda de este miércoles que los problemas del desarrollo, del cambio climático y la crisis financiera estarán entre los asuntos más importantes que se abordarán en la agenda común de los 193 países miembros.
En su opinión, estamos en un mundo frágil a pesar de tener esta organización multilateral, y los asuntos más urgentes y de más larga data volverán a este encuentro, que está casi a las puertas del 70 aniversario de la fundación de este gran organismo en el año 2015.
El presidente Evo Morales, en este espacio, manifestó que sigue aprendiendo de las necesidades de su pueblo. Y compartió que están trabajando todas la fuerzas en dirección a la agenda patriótica de 2025, año en el que cumplirán dos siglos de la fundación de Bolivia como República, ahora Estado plurinacional.
Entre los temas pendientes aludió al reclamo de su país por la salida al mar, por el Océano Pacífico, algo que les fue negado por una invasión que se remonta al 14 de febrero de 1879. “Han sido innumerables las conversaciones y más conversaciones con Chile, y en la más reciente tampoco pudimos entendernos, pero lo que más nos llama la atención es que nunca ha habido una propuesta oficial para retornar el Pacífico porque se trata de una asunto de soberanía”.
Entre las reivindicaciones pendientes del continente latinoamericano, también se alzó la voz de Argentina. Su presidenta, Cristina Fernández, hizo énfasis en que seguimos con los dobles estándares, lo que se evidencia en la larga controversia de soberanía entre la nación austral y el Reino Unido, respecto a Las Malvinas.
Dilma Rousseff, por su parte, aludió a la más reciente violación al respeto a la soberanía nacional que vivió Brasil con el espionaje cibernético por parte de los Estados Unidos. “Hemos pedido explicaciones, disculpas y garantías de que cosas como estas no se van a reiterar. No podemos permitir que acciones reiteradas e ilegales tengan lugar como si fuera algo normal”.
José Mujica, en nombre de Uruguay, subrayó que hay que castigar el despilfarro y la especulación, y movilizar a las grandes economías para buscar bienes útiles y no obsolescencias calculadas, para levantar a los pobres del mundo, algo mil veces más redituable que hacer guerra.
Ana Teresa Badía, profesora y periodista de Radio Rebelde, comentó que en las condiciones de Naciones Unidas en la actualidad no se podrá llevar a la práctica el reclamo de Brasil. “Hay quien dice que es airada la intervención de la presidenta, pero hay que entender que hasta sus correos personales fueron espiados, al igual que el de las personas cercanas a ella, así como fue espiada Petrobras, la principal empresa de este país. Pero Dilma no se quedó solo en la denuncia, ha pedido tener mayor responsabilidad frente al uso de las tecnologías”.
Pero resulta, dijo la experta, que para Estados Unidos el ciberespacio es un arma de guerra, y lo ha declarado hasta en sus manuales militares. “Ha llamado también a las acciones, con el pretexto defensivo -que en la práctica no es así-, en el ciberespacio”.
Ante estas circunstancias, expresó, Brasil está estudiando la introducción de una legislación, a partir de las cuales las empresas internacionales de la red de redes tengan que almacenar sus datos en el país. El Partido de los Trabajadores está legislando esto. Es bien difícil de implementar en la práctica, pero es un buen intento, opinó Ana Teresa Badía.
Brasil, además, está fortaleciendo el desarrollo de una red interna, como también lo hacen el resto de los países que integran el BRICS, como un modo de protección frente a la hegemonía norteamericana en este espacio.
El directivo del Minrex destacó que el uso y control de la información siempre ha estado en el centro de las preocupaciones de los gobiernos, pero que el kit ahora está en el relieve que adquiere el tema en un momento de inusitado desarrollo de las tecnologías de las telecomunicaciones. “Uno de los problemas no resueltos, subrayó, es el tema de la gobernabilidad de Internet, y hasta el momento Estados Unidos reniega de la posibilidad de que se creen marcos regulatorios multinacionales, porque ellos justamente quieren mantener el poderío en el control de la información doméstica e internacional.
La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños también estará representada por Cuba, actual país que ocupa la presidencia pro témpore. Este organismo actualmente concentra la atención y el interés de muchas regiones del mundo, por el hecho de integración singular que se está solidificando en el área.
Pedro Luis Pedroso precisó que Cuba, como representante de la Celac, pronunciará un discurso unitario, donde se expondrán las principales preocupaciones de estos países que integran el organismo de concertación regional. “Y explicará la importancia de reformar las Naciones Unidas para que sea más representativa, y abogará porque tenga la ONU un Consejo de Seguridad superior al de hoy y apoyará el desarme nuclear en el mundo.
El tema del cese del bloqueo de parte de Estados Unidos contra Cuba también se ha hecho sentir en este periodo de sesiones en la ONU, porque está entre las preocupaciones de la Comunidad Internacional. Hay varios jefes de Estado que han incluido este tema en sus discursos, como el de Sudáfrica, el de Mozambique y Siri Lanka.
Ana Teresa Badía igualmente refirió que la intervención de Obama estuvo descontextualizada. “Mientras el resto de los presidentes tuvieron un tono conciliador, él no tuvo un ápice de humildad. Aseguró que va a utilizar todos los recursos en el medio oriente, incluida la fuerza militar y expresó que Estados Unidos es excepcional. Al tiempo que manifestó que en la guerra de Irak muchos soldados se sentían vulnerables hasta que entraron los aviones teledirigidos.
“Este discurso de Barack Obama, puntualizó, ha tenido una repercusión desfavorable en América Latina. Evo y el canciller ecuatoriano Ricardo Patiño coincidieron en la mirada sínica de este presidente y no pocos especialistas han calificado su discurso como una declaración de guerra”.
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