jueves, 10 de octubre de 2013

El Che y los peruanos (II): El Comandante Juan Pablo Chang

De los peruanos muertos con Ernesto Guevara, en Bolivia, la figura de Juan Pablo Chang Navarro-Lévano es la más misteriosa. No sólo porque –en palabras de Pablo Macera- “era el mejor de todos los que entonces estudiaban en San Marcos”, sino porque su miopía y falta de destreza física no eran las más óptimas para un cuadro militar.
Juan Pablo Chang junto al Che, en Bolivia, en 1967.
A la izquierda, con polo claro, el peruano Lucío Galván

Sin embargo, esa apariencia parece ser más un mito que la realidad, pues Juan Pablo Chang fue un activo combatiente. “No creo en los revolucionarios de café”, dicen que le dijo a Ernesto Che Guevara, cuando lo conoció en México en 1953. Hilda Gadea se había encargado de presentarlos. El “chino” había sido militante aprista desde la niñez y se conocían bien. Tanto Chang como Gadea habían padecido el exilio por sus actividades políticas, pero ella ignoraba ahora que Chang estaba tomando posiciones más radicales.
Juan Pablo Chang estaba en el primer año de letras de San Marcos, cuando el 8 de octubre de 1948, se involucra en el levantamiento aprista en el Callao que termina en un baño de sangre. Es expulsado a Argentina para luego regresar a Perú con ideas comunistas y volver de nuevo a ser expulsado, pero esta vez a México.

En la revista “Fin de Siglo” –referida en un post anterior- el escritor y periodista Guillermo Thorndike señala que años después, el Che le recordaría en La Habana esa frase y lo invitaría a tomar un “café revolucionario por América Latina” y Juan Pablo Chang Navarro-Lévano aceptaría gustoso.
Chang viaja en 1955 a Francia donde se encuentra con una intelectualidad peruana que intercambiaban pecuarias económicas, entusiasmo intelectual y prédica revolucionaria; en ese escenario Pablo Macera recuerda haberlo visto por entonces en Paris. Estudia sicología y realiza trabajos diversos. En 1956, aprovechando la amnistía decretada por el gobierno regresa a Lima y a la universidad de San Marcos pero esta vez a la Facultad de Economía.
Por esos años hace periodismo y frecuenta a la intelectualidad, al tiempo de incorporarse al Partido Comunista Peruano. Junto a Juan Pablo Chang podía verse frecuentemente a Juan Gonzalo Rose y César Calvo. Fue este último, quien me relató de la cercanía existente entonces entre Mario Vargas Llosa y el peruano que luego sería el comandante en la guerrilla de Guevara.
Para entonces Chang era peligroso para el Estado peruano. Es detenido y enviado temporalmente a la Colonial Penal de “El Sepa” en plena selva. Luego de protagonizar una huelga de hambre es liberado y en libertad toma parte del Ejército de Liberación Nacional Peruano (ELNP) formado en 1963 y que se repliega a Bolivia.
Fueron esos dos años de actividad clandestina en La Paz, los determinantes para que Chang posteriormente decida incorporarse al proyecto del Che. Juan Pablo Chang y Ernesto Ché Guevara, vuelven a reencontrarse a inicios de 1966 en la Conferencia Tricontinental en La Habana.

Recuerdo una larga conversación sostenida, con Alejandro Tamashiro, César Calvo y el “chino” Domínguez, hace más de 10 años (en la “pollería” de don Tama en la calle Malambo, en el Rimac) cuando estaba preparando la edición sobre el Che Guevara para “Fin de Siglo”.El tema era sobre Juan Pablo Chang y su ejército, el cual se había “esfumado” en la historia, pues no recordaba nada escrito en libros o diarios. Hasta entonces, ignoraba que ambos eran parte del ejército de Juan Pablo Chang que en 1967 iba a entrar en apoyo del Che en caso las cosas no salieran como se pensaban.
Tampoco sabía –entonces- que el poeta César Calvo ostentaba el grado de Comandante en el Ejército de Liberación Nacional Peruano y que aprovechaba sus contactos y las giras de alguna gente de "la farándula de la música criolla” para camuflar pertrechos militares, entre otras vituallas. Esto no me lo contó César Calvo entonces, sino lo supe mucho después gracias a Tamashiro.
Como tampoco, en 1967, le contó Alejandro Tamashiro a Carlos “chino” Domínguez -en vísperas de los acontecimientos en Bolivia- que pasaba a la clandestinidad con cerca de otros 40 peruanos, debidamente entrenados y apertrechados militarmente para entrar en acción en apoyo al Che. Esos hombres, esperaron (en vano) la orden de su comandante Juan Pablo Chang desde la frontera en Puno. Y claro, Domínguez estuvo esa víspera y tomó la foto.

Periodista Hugo Bravo y Alejandro Tamashiro (Foto: Caros "chino" Domínguez, 1967)

La historia de Chang en la guerrilla de Bolivia puede leerse en el diario del Che. Juan Pablo Chang aparentemente entró a Bolivia para una coordinación y luego no pudo salir ante el inesperado cerco militar y se quedó allí. Testimonios diversos nos han narrado el penoso recorrido que hicieron antes del último enfrentamiento que terminó en la captura de ambos.
Antes de ser muerto el Che, los soldados primero practicaron con Juan Pablo Chang. Detenido, sin sus anteojos, sin armas, fue acribillado. Durante tres décadas sus restos mortales se perdieron en Bolivia hasta que en 1997 fueron encontrados cerca a los de Ernesto Che Guevara. Desde entonces, descansan juntos en el Mausoleo al Che, que se levanta en Villa Clara, en Cuba.

Leyenda: La foto de los rostros corresponden al poeta César Calvo y al poeta Juan Gonzalo Rose. Según Thorndike, Gonzalo Rose fue el único peruano que había aceptado ser parte de la expedición del Granma pero no pudo embarcarse como consecuencia de un extendida celebración de despedida.

2 comentarios:

  1. El ex agente de la CIA Félix Rodríguez cita en últimas entrevistas subidas a YouTube, que al ser capturado Ernesto Guevara, estaban con él otro peruano más; podrían precisar el nombre de éste otro compatriota del Chino Chang?, por favor.

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  2. Gracias por compartir la información.
    Saludos cordiales desde El Callao, Perú

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