Las flores frescas evidencian el tributo de los santiagueros a Ernesto Che Guevara en el Bosque de Los Héroes, erigido para perpetuar la memoria del revolucionario argentino-cubano asesinado hace 46 años en Bolivia.
Ante el conjunto escultórico, a la vera de la avenida de Las Américas, acuden niños y adolescentes, estudiantes, trabajadores y jubilados a expresar sus sentimientos de admiración y gratitud al Che y sus compañeros de la gesta internacionalista en Bolivia.
En una colina que alude a la cordillera de los Andes, el mármol blanco de las 73 piezas confirma la pureza de los ideales defendidos hasta la muerte por los héroes, cuyas figuras grabadas en relieve están ubicadas de acuerdo con su ubicación en la vanguardia, la retaguardia y los flancos.
Seis años después de la desaparición física del Che y sus seguidores le brotó este Bosque al Oriente cubano y desde entonces acuden a él turistas extranjeros y nacionales atraídos por el halo de leyenda de la epopeya, mientras que los santiagueros tienen aquí un sitio de veneración.
La obra escultórica, cuya autora principal fue la relevante artista cubana, ya fallecida, Rita Longa, incluye senderos de chinas pelonas que evocan los ríos que tantas veces cruzaron en su andar los guerrilleros.
Dos pinos bolivianos, palmas, bambúes y ceibas integran la floresta singular, donde el color verde predomina y hace resaltar la blancura del conjunto escultórico.
Hace pocos meses quedó emplazada en la Universidad médica santiaguera una escultura dedicada a uno de sus fundadores, el farmacéutico argentino Alberto Granado, llamado El Petiso por el Che, a quien acompañó en su viaje en motocicleta por tierras latinoamericanas en sus años juveniles.
(Con información de PL)
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