miércoles, 9 de octubre de 2013

Mayor minera del mundo destruye rios y ecosistemas colombianos


Hay un plantón masivo de los indígenas Zenú contra la empresa  productora de ferroníquel en el municipio de Montelibano (Córdoba), en el que viven más de 100 mil personas.
Cerromatoso S.A es una prolongación de BH Billiton, una potente multinacional australiana y británica que es la mayor productora minera del planeta, fundada en 1890.

Cerromatoso es una de las empresas que produce el mayor daño ambiental en los ríos y ecosistemas estratégicos de la región donde opera. Lleva años explotando minerales apropiándose de las mayores utilidades, que transfiere al exterior, porque sus pagos al Estado son pírricos. Es un verdadero enclave neocolonial con muy poderosos tentáculos en todos  los ámbitos del poder político. Financia agentes partidistas, estructuras  militares y agrupaciones paramilitares. Tiene concesiones por otros 100 años otorgadas por la elite dominante en el Estado.
Los indígenas Zenú, que son cerca de 40 mil personas, son víctimas de las actividades extractivas y daños ambientales y sociales de Cerromatoso.
Los Zenú son una comunidad amerindia de larga existencia localizada a lo largo de los ríos San Jorge y Sinu y en las zonas aledañas del Golfo de Morrosquillo, en la Costa Atlántica.
Su presencia en el litoral Caribe colombiano se inició hace más de 4.000 años. Hace 3.000 años los habitantes de la región, perfilaron la que hasta ahora es una de las más antiguas cerámicas conocidas en América e incluía la explotación de la pesca y la caza con la agricultura intensiva de tubérculos.
De acuerdo con los registros hacia el año 1500 a.c se organizó en la zona una “sociedad hidráulica” que hizo una red de canales de drenaje, que controló las inundaciones y adecuó extensas zonas para las viviendas y especialmente para los cultivos. La orfebrería y la alfarería registraron un notable desarrollo. Esta civilización perduró hasta el siglo XII.
En la época de la conquista española, los Zenú, habitaban las sabanas no inundables y tenían relaciones comerciales con sus vecinos de la Serranía de San Jacinto y de las riberas del río Magdalena. En el siglo XVI se destacaba el gran centro religioso de Finzenú, en el valle del Sinú, que estaba bajo la dirección de una mujer que ejercía su dominio sobre varias poblaciones aledañas. El Panzenú era la denominación del valle del San Jorge; y Zenufana el valle del Nechí y el bajo Cauca, zona de producción de oro, que se mantiene hasta hoy día.
Con la Conquista y la Colonización hispana, se inició un proceso sistemático y violento de despojo de las tierras a las comunidades indígenas Zenú. En el siglo XV al contacto con los hispanos y otras poblaciones no indígenas se produjeron cambios considerables en la cultura Zenú, como la pérdida de capacidad organizativa tradicional que fueron demolidas al implementar instituciones como la de encomienda, dando origen a la formación de haciendas, mercedes de tierras y adjudicaciones a colonos españoles, que son, todavía hoy, la base de un régimen señorial hegemónico.
Los Zenú hablaban la lengua Guajiba o Guamacó, que desapareció rápidamente durante la conquista. A finales del siglo XVIII sólo se hablaba en los pueblos de Cereté, y San Cipriano, en el alto San Jorge, pero tras la prohibición de las lenguas indígenas en 1770 por el rey de España desapareció completamente.
Los Zenú están exigiendo que se organice el Resguardo en la parte superior del Rio San Jorge y que se implementen sistemas de control ambiental efectivos debido a los graves daños sociales que la contaminación producida por la actividad minera de Cerromatoso ha generado entre la población indígena.
Sus demandas han estado acompañadas de una resuelta acción que ha permitido la toma de las instalaciones e infraestructura de la multinacional neocolonial.
Tomado de Kaosenlared

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